“Hay
gente que no sabe que algo es imposible, y entonces lo hace”.
28.000
LEGUAS DE CABLE SUBMARINO
Esa longitud, que equivale a 152.000 kilómetros , tiene la red troncal
de fibra óptica que lleva internet a los cinco continentes. Cuando lo permiten
los tiburones.
En tiempos donde internet está en boca de todos y la Red llega a rincones del globo
ayer nomás inaccesibles, cabe preguntarse cómo es eso posible. La incógnita puede
sonar anticuada. Pero no es de conocimiento popular la existencia de conexiones
globales debajo de océanos, que acaso dejarán de ser un misterio con el reciente
lanzamiento de Ocean, la nueva joyita satelital de Google Earth para
explorar el atractivo universo subacuático.
Lo cierto es que las rutas intercontinentales de la megarred de banda
ancha, claro está, se ven obligadas a cruzar océanos. Y esos puentes entre
regiones se tienden a través de redes de IP submarinas. Tal como suena, van
bajo el agua. Ni los ataques de tiburones ni la pesca de arrastre, ni los derrumbes
submarinos ni un anclaje desafortunado logran detener por completo el flujo
frenético de información que circula por esos cableados de fibra óptica. Aunque
una mordida feroz o un entrelazamiento con una red pesquera bastan para
cortarlos o dañarlos, el marino está diagramado de manera que la conexión no
pueda ser totalmente interrumpida.
"Los llamamos 'anillos autorrestaurables'. Si se corta un cable y
la transmisión en el tendido del Pacífico, se auto restaura vía el Atlántico,
y viceversa. El riesgo de que se corte en ambos océanos a la vez es raro, de
hecho nunca ha ocurrido", explica Ernesto Cursi, director de operaciones
de redes en Latinoamérica de Global Crossing, un gigante de las telecomunicaciones
(lleva tendidos 20.000 kilómetros de fibra bajo el mar y en 2007 tuvo ingresos
por 2.260 millones de dólares), operador mayorista de servicios de tránsito de
IP (el IP es la dirección que identifica a cada computadora dentro de la Red ).
Sin embargo,
siempre ha habido accidentes que inevitablemente dejaron offline a usuarios
furiosos. En diciembre del año pasado, un ancla de un barco -al menos eso se
rumoreó- cortó casualmente en Alejandría, Egipto, tres cables conectores que
enlazan a Europa y Medio Oriente, reduciendo la capacidad de la Red en la región asiática en
un 70% y dejando sin conexión a casi 86 millones de usuarios (India fue el
país más afectado, con 60 millones). Dos años antes, en Taiwán, un derrumbe
submarino cortó la comunicación entre ese país y las Filipinas por unas semanas.
Nada nuevo bajo el sol (o el mar): hay registros de cortes intencionales de
cables submarinos telegráficos-en 1858 fue instalado ese pionero cableado transatlántico
y/o telefónicos, sobre todo en medio de conflictos bélicos. Las rutas más
densas se concentran en las líneas que unen a las principales capitales,
epicentro del consumo y del intercambio comercial global. La ruta entre EE.UU.
e Inglaterra -con Asia/EE.UU. no muy lejos- es la avenida subacuática con más
congestión de tráfico. Los obstáculos para encontrar el camino ideal y obtener
el mayor ancho de banda abundan. "Lo más complejo es conectar distintos
continentes. Primero se hace lo que se llama un survey: a través de
radares se determina cuál es la mejor ruta para hacer el tendido porque podes
tener fallas geológicas en el mar, así como rocas, corales... Una vez que se
hace el tendido ya hay otros impedimentos, como el clima. Si ocurre algún
evento meteorológico, puede llevar quince días o un mes reparar el cable",
explica Cursi.
Con radares se
determina cuál es la ruta ideal
para el tendido. Hay que evitar las fallas marinas, las rocas de gran tamaño y los corales. Si una tormenta, un barco o un
tiburón cortan el cableado, puede llevar un mes repararlo.
Las precauciones no terminan
sólo en el relevamiento previo del tendido. El cableado tiene distintas
protecciones de acero que van variando según su profundidad: "Cuanto más
profundo, menos agresión y menos amparo", sería la ecuación básica. Y los
operadores mayoristas, sus dueños, tienen una relación constante con puertos
y capitanes para mantener actualizados sus mapas hidrográficos con las rutas
marcadas.
Ahora, ¿qué impacto ambiental provoca la tecnología que mantiene al
mundo conectado? "Obviamente, en todo el lugar donde amarra el cable se
hace un estudio ambiental. Y en el último tramo, llegando a la costa, el cable
va enterrado, es invisible para la gente", asegura Gabriel Holgado, VP
de servicios de carriers de Global Crossing. Pocos saben que un gran cable que conecta a la Argentina con el mundo
desembarca en Las Toninas, localidad que tendrá otro motivo de orgullo
amén de su veraneante más famosa, Luisana Lopilato.
Sin embargo, muchos tendidos de tecnologías más precarias que
quedarpn obsoletas y ya no se usan duermen el sueño de los justos en el lecho
oceánico. ¿Por qué? "Cada vez que se planea un tendido, hay un proyecto
nuevo. Es mucho más caro levantar el tendido viejo y poner uno nuevo. En general,
se renueva la tecnología y después se levanta el viejo. Además, si se
reemplazara el cable antes dejarías a muchos usuarios sin servicio por un
tiempo", dice Cursi.
La alimentación de energía del
cableado no difiere demasiado de la de un tendido terrestre. "A determinada
distancia hay repetidores y regeneradores de señal; toda una electrónica que
también está sumergida y alimentada desde los extremos remotos con equipos de
6.000 voltios de presión. Si llegara a fallar algún extremo, la otra punta se
hace cargo de la alimentación por sí sola", explica Holgado.
Contra lo que puede creerse en estos tiempos tan wi-fi, el cableado
de fibra óptica sigue muy por encima de las redes satelitales. "Con el
avance de las redes de fibra óptica submarina se logra una mayor eficiencia en
ancho de banda para grandes centros. El satélite tiene su nicho en las zonas
remotas, diseminadas, donde es geográficamente difícil de llegar. Hoy por
hoy, el grueso de la información es vía fibra óptica; tiene más capacidad y fidelidad,
y costos menores", dice Holgado.
En el corto plazo, los expertos
profetizan un salto exponencial a nivel capacidad. "Las nuevas tecnologías
trabajan sobre la misma infraestructura sumándole capacidad -explica Cursi-.
Por ejemplo, ahora tenemos capacidades de 10 gigabytes por cada frecuencia (cada
hiló) de la fibra óptica. En algunas redes ya se manejan 40 GB y en poco
tiempo habrá 100 GB: se multiplicará por diez la capacidad de transmisión de
datos." Lo de siempre: gente que no sabe que algo es imposible, y
entonces lo hace.
Poderoso el chiquitín
El
diámetro promedio que tiene cada cable.
|
Pesa
cada metro de cable de fibra óptica.
|
Mide
el cable récord de
laredsuboceánica.
|
Y Más: El cable que desde Las Toninas conecta a internet a toda la Argentina:
Este material será evaluado cuando se evalúe el tema: Redes
No hay comentarios:
Publicar un comentario